¿Cómo empiezo a practicar bondage?

Esta es una de las preguntas más recurrentes que se hacen aquellos que quieren iniciarse en las intrincadas artes de este maravilloso arte amatorio relacionado con la esclavitud y la sumisión.

Parte de las respuestas la hallarás a lo largo de este artículo y parte las irás descubriendo a medida que te adentres en este fantástico mundo no apto para cualquiera.

¿Empezamos?

¿Qué es el bondage?

Esta es la primera pregunta que has de hacerte, ya que si no sabes qué es el bondage, ¿cómo puedes tener la seguridad de que es eso lo quieres?

Veamos, Bondage es una palabra que tiene su origen en la Edad Media. Proviene del inglés y del francés, y significa cautiverio, servidumbre o esclavitud. En el siglo XIV ya se utilizaba la palabra bond para referirse a un siervo.

Ser atada e inmovilizada es una de las fantasías sexuales más recurrentes en las féminas.

Las sensaciones que nos embargan al vernos bajo el poder de otra persona son innumerables. Pero, ¿qué es exactamente lo que nos excita a las mujeres de que nos inmovilicen durante el acto sexual? 

Si solo conoces el sexo vainilla, tienes que saber que no tiene nada que ver con la experiencia de quedar a merced del otro mientras la adrenalina invade tu cuerpo. Esa necesidad instintiva de huir y no poder, la expectación de sentirte completamente indefensa y a merced de lo que tu amo o ama desee hacerte es realmente indescriptible. 

¿Cómo empiezo a practica bondage?

El primer paso es la confianza y la comunicación con tu pareja. Para comenzar en el arte de las ataduras, es esencial confiar en la persona que tendrá pleno dominio sobre ti. 

El bondage debe ser una práctica consensuada y, sobre todo, es muy importante ir poco a poco, de menos a más.

Tienes que ir reconociendo las sensaciones que se generan en tu cuerpo y mente al sentir que no puedes moverte. Y una vez reconocidas, decidir si las disfrutas o, por el contrario, te atemorizan. Si sientes el más mínimo rechazo o temor, lo mejor es abandonarlo inmediatamente.

Muñecas atadas a la espalda

Comenzar tu experiencia con las manos atadas a la espalda es una buena forma de iniciarte en el arte del bondage.

Eso sí, solo una vez que hayas hablado claramente con tu pareja sobre vuestros gustos y necesidades, y tras convenir las formas de ataduras y las palabras clave para detener la experiencia si algo no es de tu agrado.

Mi consejo es que ambos determinéis juntos qué esperáis de esta experiencia y planifiquéis la fantasía antes de ponerla en marcha. Tal vez os inspire la lectura previa de un relato erótico o la visualización de alguna peli pornográfica con escenas de bondage.

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Tener las manos atadas a la espalda no solo es una práctica súper excitante sino que dejará tus pechos y tus pezones en una postura accesible para tu amo. Tu señor podrá recorrer tu piel probando diferentes tipos de estímulos: caricias con plumas, masajes con aceites especiales, golpecitos suaves o alguno más enérgico con una fusta. El avance dependerá de ti y de cómo te vayas sintiendo.

Ni siquiera en pleno acto dejes de dar pistas a tu amo sobre qué te gusta, al estilo: “me excita terriblemente que me ates así” o “mis pezones son tuyos, mi amo”. De esta forma tu señor sabrá si va o no por el buen camino.

Esta es la práctica que, sin lugar a dudas, te aconsejamos para iniciarte en el bondage antes de proceder al acto sexual propiamente dicho. Te supondrá una experiencia deliciosa.

¡Practica bondage seguro!

esposas de metal - bondage

Aunque te parezca increíble, hay muchísimas parejas que se inician en el bondage con esposas de metal. Y esta costumbre puede llegar a causar un verdadero desastre en tu piel.

Lo cierto es que las esposas de acero o aluminio son muy adecuadas visualmente para mostrarte en una posición sumisa, pero ¿qué les sucede a tus delicadas muñecas si tienes que permanecer atada al cabecero de la cama y necesitas moverte para disfrutar de tu excitación? Pues corres el riesgo de hacerte mucho daño al dejarlas en carne viva.

Eso sería “dolor malo”, al contrario que el “dolor bueno” que se experimenta durante una sesión de bondage o sadomasoquismo.

¿Entonces no debo usar las esposas de metal? Claro que sí, pero no cuando la intensidad del placer se incrementa. En cambio puedes usar las esposas de cuero o cintas de seda, que también quedan maravillosamente bien y no te dañarán la piel.

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Esto es todo por hoy, si te queda alguna duda déjala en los comentarios para que podamos responder entre todos.

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