A continuación te describiremos en detalle cómo son estas cuatro prácticas eróticas y a qué debes atenerte con cada una de ellas. Presta mucha atención porque al final de la lectura te invitaremos a confesarnos con cuál de todas ya te has animado y a cuál no te animarías jamás.
¡Queremos conocerte!
¿Qué es el BDSM?
Como ya habrás imaginado, el BDSM es mucho más que el sadomasoquismo.
Las siglas BDSM hacen referencia a las siguientes cuatro técnicas eróticas poco convencionales: Bondage y Disciplina, Dominación y Sumisión, Sadismo y Masoquismo.
Se trata de cuatro prácticas de erotismo y fantasía que se están haciendo cada vez más populares en las relaciones sexuales de aquellos que no se conforman con limitarse al sexo vainilla. Incluso, hay casos en los que estas prácticas son consideradas como una forma de vida.
Y es que el BDSM posee una gran cantidad y variedad de registros sexuales y eróticos, pero eso sí: ¡siempre, siempre, han de ser consensuados antes de ponerlos en práctica!
Bondage y Disciplina
Bondage
El término inglés bondage tiene su origen en el vínculo que en tiempos pretéritos unía a los amos y a los esclavos. También proviene de la relación de subordinación entre los señores feudales y sus vasallos.
En lo que respecta al sexo, el bondage se asocia a las sogas u otros objeto que restringen la libertad. Se trata de una práctica sexual en la cual uno es el amo y el otro el sumiso.
Puede incluir infinitas variantes dependiendo de la imaginación de cada uno: amo-mascota, patrón-empleado, maestro-alumno, enfermera-enfermo y un largo etcétera.
Imagina que no puedes moverte y que el otro puede hacer contigo lo que desee. ¿Cómo te sientes? ¿O tal vez preferirías ser quien domina?
Disciplina
Esta es la práctica en la que uno de los miembros de la pareja adopta un rol dominante y el otro el rol de sumiso. Se infligen castigos, se imponen reglas, se realizan adiestramientos, se enseñan formas de comportamiento y de posturas en tal o cual circunstancia, etc.
La disciplina puede incluir golpes con varas, nalgadas, humillación…
¿Qué tal eres para obedecer órdenes? ¿Y para darlas? Tal vez la disciplina sea la práctica erótica que está faltando en tu vida.
Recuerda que el BDSM rechaza plenamente cualquier práctica de coacción y obligación por mínima que esta sea.
El acuerdo entre las partes debe ser pleno, constantemente actualizado y perfectamente informado por quien adopta el rol de sumiso. Incluso, no ha de existir ninguna relación de sometimiento real en la vida de los involucrados, esto incluye, entre otras cosas las relaciones laborales y las familiares.
Dominación y sumisión
Similares a las anteriores, la dominación y la sumisión son dos caras de una misma moneda en los intercambios de poder. Uno domina y el otro se somete a sus deseos. Esta práctica también se menciona como D/s, con mayúscula y minúscula haciendo referencia a la posición jerárquica que adopta la relación.
Dominación
La dominación es la práctica erótica en la que uno de los dos adopta un rol dominante a partir del cual actúa según su voluntad sobre el que adopta el rol de sumiso. Es una relación consensuada en la que los límites se acuerdan entre ambas partes.
Quien asume el rol dominante suele ser llamado como Señor/Señora, Ama/Amo, Dios/Diosa, Rey/Reina, siempre usando las mayúsculas.
Sumisión
En la sumisión, que es el complemento de la dominación, una persona toma el rol sumiso y queda bajo los deseos y voluntad de la otra para que haga con su cuerpo lo que le apetezca.
El sumiso suele recibir el apelativo de sumiso/sumisa, esclavo/esclava, usando siempre las minúsculas.
Como cualquiera de estas prácticas, se trata de una actividad libre en la cual los roles pueden alternarse en una misma sesión erótica o pueden mantenerse desde el principio.
¿Y a ti qué te excita más, ser sometido o someter?
Sadismo y masoquismo
Sadismo
Esta es la peor vista de todas las prácticas del BDSM y consiste en la obtención de placer a cambio de causar incomodidad, humillación o dolor en el otro.
Antes de iniciar una práctica sádica es fundamental que se establezcan muy bien los límites con quien recibe el dolor o la humillación. Comúnmente se utiliza una palabra clave que detenga el juego. La palabra debe ser completamente ajena al mismo para que no se preste a confusiones.
Masoquismo
Es la práctica complementaria al sadismo, en la que una de las personas experimenta placer sexual cuando es golpeada o humillada. Lo mismo que con el sadismo, han de establecerse muy claramente los límites.
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¿Dónde están los límites entre el sexo vainilla y el BDSM?
Tal vez te estés preguntando dónde termina el sexo tradicional y dónde comienza el BDSM.
Una nalgada, el uso circunstancial de esposas, jugar a la violación o a la agresión no tiene por qué traspasar ese límite. Podría considerarse, incluso, sadomasoquismo suave. El BDSM va mucho más allá y convierte el sexo tradicional en una práctica “dura” en la que ambos se toman muy seriamente su papel y lo hacen de forma continuada en el tiempo.
Lo más importante, como hemos dicho hasta el cansancio, es que todas estas prácticas sean consensuadas y ambos miembros de la pareja disfruten con ellas.
Lo importante es ir paso a paso, una inmersión repentina en el BDSM nunca es aconsejable. Id probando poco a poco, sintiendo y disfrutando. Si os gusta y os quedáis con ganas de más, siempre se puede pasar al siguiente nivel. Y si no os gusta, pues nada, ¡vuelta al sexo vainilla!
Y tú, ¿eres de los que se atreven a salir de su zona de confort y experimentar algo nuevo con tu pareja? ¿Con cuál de estas prácticas crees que te excitarías más?
¡Háblanos de ti!